El gesto de David Ortiz frente a Ángela García

Ángela García de Vargas le ha tocado beber parte del veneno que se destila contra su cónyuge, una figura pública a la que le ha tocado protagonizar polarizantes episodios de la política nacional.

Probablemente si ella no fuera la esposa de Miguel Vargas Maldonado las redes hubieran sentado en un banquillo inquisitorio al sajón que increpó a una mujer que se disponía alegrar por un momento a unos pasajeros que tenían tres horas encerrados en un avión.

Pero las redes son ácidas y una parte de los que navegan por el ciberespacio atacaron a Ángela García de manera inmisericorde.

David Ortiz lo identificó como una forma de violencia contra la mujer y así lo vio la superestrella del béisbol.

Pero pasadas las primeras horas de los ataques, el gran público empezó a revertirlos, en cierta medida inspirado por la ardorosa defensa que le hizo en las mismas redes David Ortiz, uno de los animadores en la cabina de la aeronave.

Cuando se empezó a ver en ella a la mujer que actuaba cargada de buenas intenciones, en vez de la esposa de un controversial político, la empatía iba fluyendo.

Esos cambios muestran lo ácido e inestable que es un segmento de los usuarios de los medios para comunicarse en la posmodernidad.

Pero también muestran que pese a todos los avances predomina la cultura del machismo. No solo se le atacó por ser la esposa de quien es, sino también por ser como es.

La mujer se mide con una vara distinta que la usada para el hombre y así quedó evidenciado en el incidente en cuestión.